Vivienda unifamiliar en Sant Pere de Ribes, Barcelona.
Un proyecto que va contra corriente. En una parcela con geometría sensiblemente rectangular y con desnivel de más o menos una planta en el sentido longitudinal, lo razonable hubiera sido una implantación transversal de la edificación, al objeto de adaptarse de la manera más práctica posible a ese desnivel.
Sin embargo, el volumen del edificio se sitúa “a lo largo”, lo más próximo posible a la linde que permite la normativa y escalonándose y adaptándose al desnivel de la parcela.
Los beneficios de tal implementación son múltiples: liberar el máximo de espacio de jardín con una orientación sur-suroeste (teniendo en cuenta además que se trata de una parcela testero o final), tener dos accesos independientes de la vivienda por las calles inferior y superior, el aterrazamiento del volumen permite la aparición de grandes terrazas en las cubiertas (plenamente accesibles)…